Cinco cosas que me hubiese encantado saber antes de empezar como intérprete freelance

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3 de abril de 2025
Cuando empecé a trabajar como intérprete de conferencias freelance, tenía mucha ilusión, pero también algunas ideas poco realistas. La formación académica me había dado herramientas lingüísticas y técnicas, pero había una parte del oficio —la más humana e inesperada— que solo se aprende cuando la vives.
Con los años, he ido descubriendo muchas verdades de esta profesión que me habrían ahorrado algún que otro disgusto, además de muchas horas de autoexigencia innecesaria. Si quieres ser intérprete, estás empezando o simplemente tienes curiosidad por lo que pasa en la cabina, a continuación podrás conocer cosas que me hubiese encantado saber desde el principio.
🔸 1. Que la preparación es infinita… y que nunca se llega a saberlo todo.
Al principio me obsesionaba estar preparada al 200 %. Me generaba ansiedad pensar que podía salir algo que no conocía. Spoiler: Siempre sale algo que no conoces.
Lo que marca la diferencia no es saberlo todo, sino la capacidad de resolver los retos con temple, confiar en tus recursos y tener buenos glosarios (¡además de un buen compañero o compañera al lado!).
🔸 2. Que la soledad del freelance también se entrena… y hay muchas formas de combatirla.
Pasamos muchas horas en soledad: estudiando, buscando clientes, desplazándonos o incluso comiendo algo en un rincón entre ponencias.
Al principio me parecía duro, pero aprendí que hay que cultivar la red, la «tribu» y las rutinas. Un café virtual con una colega, un grupo de intérpretes de confianza o simplemente saber que no eres la única que a veces duda ayuda muchísimo.
🔸 3. Que hay clientes maravillosos… y otros que enseñan mucho.
Algunos clientes te inspiran, te cuidan, confían. Otros, no tanto. Y está bien. Aprender a poner límites, a negociar condiciones y a reconocer tu valor no es arrogancia: es profesionalidad. Me habría gustado aprender antes a decir «no» sin sentirme culpable.
🔸 4. Que no todo el mundo entiende lo que haces (y no tienes que convencer a todos).
He tenido que explicar mil veces que la «traducción simultánea» es en realidad lo que conocemos como interpretación o que hablar dos idiomas no te convierte en intérprete.
Mi consejo: elige tus batallas. A veces vale la pena divulgar; otras, simplemente sonreír y seguir adelante. Nuestra mejor carta de presentación es el trabajo bien hecho.
🔸 5. Que cada interpretación es única (y eso es lo más bonito).
Por más que domines el tema, el idioma o el contexto, cada evento tiene una energía, una audiencia y un ritmo distintos.
La interpretación tiene algo de arte efímero, de riesgo y belleza a la vez. Cuando lo entiendes, disfrutas mucho más del proceso (y, a pesar de los años que lleves en esto, esa sensación de ilusión, nervios y mariposas en el estómago no se va nunca).