Foto: Kelly Sikkema (Unsplash)

3 de enero de 2025

El comienzo de un nuevo año suele venir cargado de expectativas, ilusiones y, cómo no, propósitos. Estos en ocasiones se cumplen, pero la mayoría de las veces se quedan en meros deseos cuando no se acompañan de un plan para llevarlos a cabo. Como intérprete y profesional independiente, he aprendido que lo que realmente marca la diferencia es apostar por objetivos realistas, alcanzables y, sobre todo, que aporten bienestar tanto en lo personal como en lo profesional. Este 2025, he decidido que mis propósitos giren en torno al equilibrio y la excelencia. Comparto algunos que quizá te inspiren si también te dedicas a la interpretación o trabajas por tu cuenta.

1. Seguir formándome, pero sin agobios

La formación continua es una parte fundamental de nuestra profesión. Los idiomas evolucionan, las técnicas mejoran y los contextos cambian. Este año quiero seguir aprendiendo, pero de un modo paulatino y sin saturarme. Elegir un par de cursos relevantes y bien enfocados, que realmente me aporten valor, es mucho más productivo que apuntarme a todo lo que encuentro por miedo a quedarme desfasada. La clave está en la calidad, no en la cantidad.

2. Cuidar mi salud (física y mental)

Las jornadas intensas y el estrés son parte del día a día de cualquier intérprete; además, solemos olvidarnos que nuestro cuerpo y nuestra mente son nuestras herramientas de trabajo más valiosas. Este 2025 me he propuesto incorporar hábitos que me ayuden a mantenerme en forma y a gestionar mejor el estrés. Desde hacer ejercicio regularmente hasta practicar meditación o simplemente dedicarme momentos para desconectar, quiero convertir el autocuidado en una prioridad. En inglés se dice: «You cannot pour from an empty cup» (no puedes servir de una taza vacía) y me parece un dicho de lo más sabio.

3. Establecer límites claros

Trabajar de manera independiente tiene muchas ventajas, pero también podemos caer en la trampa de estar disponibles las 24 horas del día. Este año, me propongo establecer límites más claros en cuanto a horarios y disponibilidad. Aprender a decir no a proyectos que no encajan conmigo o con mi empresa por el motivo que sea también es una forma de cuidar de mi negocio y de mí misma.

4. Mejorar la gestión del tiempo

Si hay algo que los profesionales independientes necesitamos en especial es una gestión eficaz del tiempo. Entre preparaciones de terminología, reuniones con clientes y las propias interpretaciones, es fácil sentir que al día le faltan horas. Este año quiero ser más disciplinada con mi agenda, priorizar tareas y dedicar tiempos concretos a cada actividad. Así evitaré esa sensación de estar ocupada que no siempre equivale a ser productiva.

5. Seguir disfrutando de mi profesión

Por último —y quizá lo más importante—, quiero seguir disfrutando de lo que hago. La interpretación es una profesión apasionante, llena de retos y oportunidades. Este año me propongo mantener la pasión y el entusiasmo por cada nuevo proyecto, seguir valorando el privilegio que supone poder ser ese puente entre personas y culturas, y recordar por qué elegí esta profesión.

Si también eres intérprete o trabajas por tu cuenta, espero que compartamos alguno de estos propósitos. Y si te animas a contar los tuyos, me encantará leerte. Al fin y al cabo, lo mejor de los propósitos no es solo establecerlos, sino saber que, conforme tratamos de lograrlos, avanzamos hacia una versión mejor de nosotras mismas.

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