Mitos sobre la interpretación de conferencias
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Foto: RDNE Stock Project (Pexels)
31 de enero de 2025
Cuando digo que soy intérprete de conferencias, las respuestas suelen dividirse sobre todo en dos tipos: la admiración instantánea o, recientemente, algo que raya en la compasión, camuflada tras preguntas como «Pero ¿eso no lo hace Google Translate?» o incluso «Huy, pues la IA acabará quitándote el trabajo». La cuestión es que muchas de las reacciones que encuentro reflejan distintos mitos en torno a esta profesión. Hoy quiero desmentir algunos de los más habituales y explicar qué hay realmente detrás de nuestro trabajo.
Mito 1: «Si hablas varios idiomas, puedes ser intérprete»
Este es uno de los malentendidos más frecuentes. Hablar varios idiomas es solo el punto de partida, pero la interpretación requiere habilidades adicionales como una formación exhaustiva, rapidez mental, capacidad de análisis, entrenamiento de memoria y una dicción clara. No basta con saber dos (o más) lenguas; es imprescindible dominar las técnicas para transmitir no solo palabras, sino también matices, tonos y emociones en tiempo real.
Mito 2: «Los intérpretes traducen las palabras, pero con la voz»
Si solo nos limitáramos a traducir palabra por palabra, el resultado no tendría ni pies ni cabeza. Interpretar es trasladar ideas, adaptar estructuras y captar la intención del orador. A veces conlleva reformular frases enteras, adaptar las referencias culturales para que puedan entenderse en la lengua de destino y hasta prever el final de una oración antes de que el ponente la termine.
Mito 3: «Google Translate y la IA ya hacen lo mismo que vosotros»
Las herramientas de traducción e interpretación automática han avanzado mucho, pero aún están lejos de captar matices imprescindibles para que el discurso se entienda tal como lo concibió el orador. La inteligencia artificial no tiene intuición, ni puede adaptarse sobre la marcha a los cambios de tono o improvisaciones del orador. La interpretación es —y al menos por ahora seguirá siendo— una labor humana que requiere sensibilidad, criterio y práctica.
Mito 4: «Es un trabajo fácil: solo repites lo que dice otra persona»
Si fuera tan sencillo, cualquiera podría hacerlo. No obstante, la realidad es que un intérprete debe procesar información a gran velocidad, reformularla y comunicarla con precisión, todo mientras escucha la frase siguiente. Además, trabajamos con discursos complejos, terminología técnica y, en muchas ocasiones, con un margen de error casi nulo.
Mito 5: «Los intérpretes son invisibles»
Aunque solemos pasar desapercibidos, nuestro papel es crucial para el éxito de un evento multilingüe. Facilitamos la comunicación en reuniones internacionales, congresos, cumbres y negociaciones. Sin nuestro trabajo, muchas conversaciones globales no llegarían a suceder.
La interpretación de conferencias es una profesión tan exigente como fascinante. Requiere formación, preparación y mucha pasión. Por eso, la próxima vez que veas a un intérprete en acción, recuerda que detrás de cada palabra hay años de estudio, práctica y dedicación.
Y no, no nos hemos aprendido todo de memoria ni estamos leyendo un guion secreto. Solo estamos haciendo nuestro trabajo.